Cuando un trabajador después de pasar un periodo de tiempo prolongado de incapacidad temporal le dan el alta, estando o no recuperado y aun habiendo pasado tiempo desde la incorporación al trabajo, si el servicio de prevención redacta un informe cuyo resultado sea el no apto, la empresa podría proceder a este tipo de despido como es el caso del trabajador despedido por Applus+ en Barcelona o como podria ser el de cualquiera de nosotros, ya que todos podemos estar expuestos a una situacion como esta.

Según el Sindicato Reformista de trabajadores, S.R.T., existen indicios de que determinadas empresas instrumentalizan la Vigilancia de la Salud como mecanismo para el despido. Ello es lo que se desprende de que muchas empresas prefieren despedir antes que adaptar las condiciones de trabajo o aplicar medidas colectivas que beneficien al conjunto de los trabajadores. La valoración de la aptitud para trabajar, puede ser un instrumento en manos de las empresas para despedir a los trabajadores, como es el caso del último despido en Applus+ y mucho nos tememos que no será el último, sino se frena.

¿Como se puede hacer frente a esto?

El Convenio Colectivo, sí que puede exigir la obligación de adaptar el puesto de trabajo en caso de que exista una ineptitud sobrevenida antes de proceder al despido, por lo que, en este caso, para proceder al despido por esta causa deberían de concurrir dos circunstancias, tanto la ineptitud sobrevenida como la imposibilidad manifiesta de la empresa de no poder adaptar o dar otro puesto de trabajo. Esto es posible y es la solución que ha planteado el S.R.T., en la última reunión de convenio del pasado 27 de julio de 2022, pero la Patronal se niega a adaptar el puesto de trabajo ante una situación como la que ha provocado el despido del trabajador de Applus+

Solo a través de la negociación colectiva se podrá ordenar y acordar las circunstancias para poder adaptar el puesto de trabajo ante una ineptitud sobrevenida y frenar lo que nos tememos puede ser una herramienta “fácil” para el despido.

La «ineptitud sobrevenida» no puede ser una nueva forma de despido “encubierta”.